Parashat Vaetjanán: (Y yo supliqué)
Devarim (Deuteronomio) 3:23- 7:11
En esta Parashat Moshé Rabenu sigue narrando o repitiendo los preceptos que D-os le entregó a Israel. Fue una despedida que duró 36 días.
Moshé ya había entregado al este del Jordán - en lo que hoy es Jordania - los territorios de las tribus de Rubén y Gad. La condición fue que los hombres de ambas tribus irían a la guerra junto con toda Israel para ayudarles a conquistar la tierra de Canaan. Ellos (Rubén y Gad), estuvieron de acuerdo. El principio que yo veo aquí es que hay veces que tenemos que trabajar temporalmente por la visión de otro, porque estamos en el proceso de navegar la nuestra y servir a otros es parte de eso. Sin embargo, muchos de nosotros nos sentimos usados, o hacemos el trabajo de manera mediocre, sin ganas, sin energía contagiosa. La base para que un equipo pueda construir y avanzar, es la confianza, ya que generalmente, en vez de luchar por una visión común, luchamos por nuestros egos y visiones personales. Tenemos miedo a tener conflicto saludable y fomentamos la armonía artificial. Si tenemos que dar tiempo parcial como Gad y Rubén, hagámoslo con pasión, sirvamos con amor.
Moshé quizás pensó que el hecho que había entregado tierra afuera a los territorios demarcados para Israel, le iba a dar el privilegio de pisar la Tierra Prometida. Y los talmudistas, nuestros sabios nos enseñan que Vaetjanán (y el suplicó) tiene el valor numérico de 515 que fueron las veces que Moshé suplicó (Vetjanán) a D-os para que lo dejara pisar la Tierra Prometida. La motivación de Moshé era poder aplicar los mandamientos (mitzvot) en la Tierra Prometida. Pero el primer lugar donde se debe aplicar, es nuestro corazón. Cuando Moshé se dió cuenta que no iba poder aplicar mitzvot en Canaan, se apresuró a instituir 2 ciudades de refugio en los territorios de Rubén y Gad, Moshé aprendió a aplicar la palabra aún fuera de Israël.
Nuestras ciudades tienen personalidad corporal femenina en la Biblia. Las ciudades son construidas con propósito y tienen visión. Amsterdam por ejemplo es una ciudad de refugio. Cientos de naciones con sus lenguas, celebran en ella su vida diaria. Si ella es tomada por D-os, y es transformada, el impacto sería enorme, como el que tuvo Jericó al caer. El efecto domino impactataría no solo las naciones representadas, sino otras ciudades de influencia. Nuestros templos no deberían ser museos de gente buena sino hospitales de pecadores, santuarios de refugio y oasis para todos. Si Caracas es visitada por Adonai, otras ciudades y capitales van a seguir su ejemplo.
Moshé nos recuerda la oración que los Yehudi hacemos en la mañana y en la noche, el Kriat Shemá. Recitamos esto Al levantarnos (Shajarit) y al acostarnos (Arvit) y es la primera oración que enseñamos a nuestros hijos: Escucha, escucha, escucha, Israël, Adonai es nuestro D-os, Adonai uno es. La meta sin embargo, no es leer sin entender. Sino leer, meditar, entender y aplicar.
Moshé les repite los 10 mandamientos. Tres veces se nos narra en la Palabra que D-os escribió con Su propio dedo;
1- Cuando escribió en una pared al emperador Balsazar: Mene, Mene, Tekel Hupharsin que quiere decir: El Señor ha enumerado los días de tu reino y han llegado a su fin.
2- La otra es cuando Yeshua escribe en la arena cuando un grupo de hombres furiosos querían lapidar, apedrear a una mujer adultera. ¿Qué escribió? No lo sabemos, quizás los pecados de los que querían matarla y al leerlos se sintieron confrontados.
3- Los Diez Mandamientos, el Decálogo que cambió la historia de la humanidad.
Toda la Tenak (AT) se basa en la Torah. Los libros de poesía son reflexiones de la Torah, los libros de historia nos cuentan que sucedio con Judá, Israel, sus reyes, cuando obedecieron o desobedecieron la Torah. Los libros proféticos son oráculos, que nos relatan que sucedería a Israel, a las naciones si obedecen la Torah. Torah no significa Ley, significa instrucciones, escrita con palabras (devarim) y esta Torah se hizo carne y habitó entre nosotros. El resumen de la Torah es Devarim (Deuteronomio) y el resumen de Devarim, son los 10 Mandamientos lo que Yeshua resumió con:
Ama a al Señor tu Elohim con todo tu corazón, alma y mente y a tu prójimo como a tu mismo. Si no amo a D-os, no puedo amarme y si no puedo amarme no podré amar a mi prójimo, a las naciones.
La primera ciudad de refugio según nuestros sabios es la Torah, ella es la cuadricula, la plantilla para transformar, discipular individuos, ciudades y naciones. En Yeshua se hace cooerente esta Torah en toda su expresión, el estudiarla, meditarla y vivirla.
Amar al Señor nuestro Creador con todo nuestro corazón implica en hebreo 2 corazones y 2 inclinaciones: todos tenemos un yatzer tov y un yatzer hara (buena y mala inclinación). La mala inclinación es casi animal, viceral, pasional. Sin embargo ella nos da la energía la vitalidad para que necesitamos aparte de las buenas intenciones. Osea amar a Elohim con todos nuestros corazones, es amarlo con un corazón sin división.
Amarlo con toda nuestra mente: Estar dispuesto a sacrificarlo todo por la santidad de Su nombre. Dedicarnos a El hasta nuestro último suspiro.
Amarlo con todas nuestras fuerzas. En hebreo se lee, me’odeja, que quiere decir con todos tus atributos, con todo los dones que D-os te ha dado. Sea académico, artístico, deportivo.
Muy importante notar que Ha Shem bendito sea Su nombre nos da el mandamiento de enseñar, discipular a la siguiente generación. El es el Dios de Avraam avinu, Yisjak y Yakov, de Sara, Rivka, Rajel y Léa; de jóvenes, los de mediana edad y los viejos. La palabra *enseñaras* a tus hijos lo escrito en la Torah, se lee en hebreo - veshinantam - que también quiere decir afilar, sacar punta, prepararlos para tener una cosmovisión bíblica, adiestralos para conquistar ciudades, derrumbar fortalezas y construir el Reino de D-os.
Shabbat Shalom a todos
Am Israel Jai
Mano tengo fe 🇻🇪
שבת שלום לכולם
אם ישראל חי
Rav Ari Benner
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