Parasha Beh’aloteha
La parsha de esta semana comienza en Bamidaar (Números 8 - 12) Me llama la atención que Aaron el Cohen ha Gadol (Sumo Sacerdote) estaba triste porque D-s no escogió a la tribu de Levi para hacer alguna tarea en inauguración del Mishkan (Tabernáculo). Ha-Shem lo consoló diciendo que el estaría encargado de encender la Menora 🕎 (candelabro).
¿No era consolar hacer los sacrificios de kippur? ¿Quemar el incienso? Si D-s es luz, ¿Por qué necesita de luz? La verdad es que Ha-Shem quiere ver a un pueblo agradecido, la Luna no brilla con luz propia, es el reflejo de el Sol. Yeshua es la estrella de la mañana y cuando más nos acercamos a él, más brillamos y demostramos nuestra gratitud.
Léa -dicen los sabios- sabía que de Yakov saldrían las 12 tribus de Israël 🇮🇱. Pero sus cálculos no daban - una mujer casada en aquel tiempo, tenía aproximadamente 3 hijos, al ella tener 4 su alma se llenó de gratitud y lo llamó Yehuda (Judá), que quiere decir Estoy agradecida al Eterno. Nuestro pueblo Yehudi (Judío) viene de Yehuda y este - hoda- que quiere decir agradecimiento. Juda en hebreo יהוד (YHVD) contiene l’as mismas letras de D-s. יהוה (YHVH) La única letra extra es la -dalet- ד y dalt quiere decir carente. No tenemos nada si no tenemos al Eterno y por eso estamos agradecidos. Al cercarnos brillamos y nos hacemos uno con el.
El Salmo Tefillim 133 nos narra que alguién ve el desfile de peregrinación en Jerusalén. Y dice: « Mirad cuán bueno y cuan delicioso es, ver a los hermanos juntos en armonía. » Ellos marchaban hacia el templo, había niños cansados fastidiados, otros bromeaban, viejos cantaban, en el apretar de lis caminantes (peor que el metro de Caracas) el salmista dice; es como el aceite que baja por la barba de Aaron, como el rocío de El Monte Hermón. El ilustra esta unidad en este desfile con dos elementos: agua y aceite. Ellos no se mezclan jamás en todo el universo, salvo en el sudor, la transpiración humana. Cuando el salmista ve la gente acalorada, transpirando en las angostas calles de Jerusalén yendo a adorar al Templo, lo asoció con agua y aceite. Y allí cuando lo imposible de unir se une (pureza y unción) D-s comanda bendiciones y vida eterna... y comenzamos a brillar, somos lámparas (mi apellido Ben-Ner quiere decir hijo de la lámpara) y Yeshua la luz que enciende nuestras velas. Con razón el propio Yeshua oró proféticamente por nosotros cuando dijo, ABBA hazlos uno - echad - para que el mundo (Kosmos)- sepa que me enviaste.
La última parte de la Parsha se nos narra el orden de las tribus para marchar en el desierto después de desmontar el Mishkan (Tabernáculo). La última era la tribu de Dan. Ellos tenían que recoger lo que se había olvidado o perdido, sea objeto o persona. Eran una especie de « lost and found » (perdido y hallado). Eran como el último vagon de el tren que atrapaba a los que se caían o quedaban. El Eterno no quiere que nadie se quede, el anhela que todos vayamos y brillemos juntos. El es el D-s de la segunda, la tercera, la cuarta, oportunidad. Incluso en la Parsha se habla de que sí alguién no pudo celebrar Pesaj (Pascua) por razones mayores, que la podía celebrar un mes más tarde.
Qué hermoso es nuestro Señor
No dejes de brillar !
Rav Ari Ben-Ner
Que gratificante saber que tenemos nuevas oportunidades!
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